martes, 28 de diciembre de 2010

El Guante del Mago( Introduccion y 1º Capitulo)


El  Guante  Del  Mago
Introducción

Era jueves por la mañana y Lucas ya estaba despierto, él había decidido ir hoy al barranco ya que estaba de vacaciones. Al bajar las escaleras se dispuso a prepararse un delicioso desayuno, luego se quito el pijama y se puso un chándal dispuesto a ir al barranco que se encontraba a casi un kilómetro de su casa. Cuando llegó al barranco se preocupo de encontrar un sitio donde descansar del espantoso ruido de la ciudad, al encontrarlo se tumbó y pasó dos largas horas como dos cortos minutos.

Después de la pequeña siesta que tomó, Lucas se percató de que empezaban  a caer del cielo unas gotas tan finas como granos de arena, entonces se refugio a toda prisa en una cueva que vio casi en el fondo del barranco, al llegar  a la cueva miro hacia a fuera y vio que las pequeñas gotas se habían convertido en largos chorros de agua. Allí estuvo esperando a que la lluvia cesara pero después de media hora de espera se cansó y fue a ver que secretos escondía esa cueva, al llegar al fondo de la cueva, que no estaba muy lejos de la entrada,  se dio cuenta de que estaba en una cueva normal y corriente:

-Una cueva tan interesante como las demás- dijo cabreado- entonces algo dentro de el le dijo  que no era así.

Después de un rato se dio cuenta de la existencia de una grieta en la pared, y fue a ver si había algo dentro. Lucas cogió un trapo que vio dentro de la grieta y le quito el polvo a ese misterioso trozo de tela.

-¿Un guante?- se preguntó Lucas  mientras se colocaba ese viejo y sucio trapo.

Entonces Lucas empezó a ver el mundo de otra manera, las cosas se movían tan rápido como el quisiera y su mente era capaz de predecir los movimientos que realizaría cualquiera de los objetos que en su entorno hubiese. En cuanto se dio cuenta de los poderes de ese misterioso guante lo soltó y lo estuvo mirando durante un rato como si esperara que fuese a pasar algo. Al cabo de unos minutos sonó la alarma del móvil, que le indicaba que era la hora de irse, cogió el guante lo metió en el bolsillo pequeño de su mochila y se fue. 

Al llegar a su casa no contó a nadie lo del guante, ya que pensó en que nadie le creería. Esa misma tarde volvió al barranco en busca de la cueva para dejar el guante en su sitio, pero para su sorpresa la cueva ya no estaba, y se  quedó con ese trozo de tela que aparentaba más de cien años en las manos. Entonces se puso el guante en la mano derecha y sintió un escalofrío que le recorría la espalda, sintió como la magia le corría por las venas sintiéndola tan fría como el propio hielo, y para su sorpresa los poderes que adquirió eran diferentes a los de la última vez. Esta vez Lucas podía, no congelar sino aumentar la sensación de frío que sentía el individuo que el quisiera. El no lo sabía muy bien pero el guante nunca le daría el mismo poder más de una vez. 


CAPITULO 1


-¡Llego tarde!- dijo un joven encapuchado-espero que Andrea no me eche la bronca- cuando terminó de decir la frase se acercó a una pared de la biblioteca publica, dio unos toques con un dos dedos entre cerrados  y, como de la nada, apareció en la pared una puerta que daba a unas escaleras. Bajó corriendo las escaleras y entro en la única habitación que desde allí se veía.
Allí había otros cuatro individuos más.

-Buenos días Jacobo-dijo  una joven-te estábamos esperando.
-Lo siento cojí un atasco…
-No lo intentes arreglar- interrumpió la excusa de Jacobo-

Y dando un saludo a los otros tres presentes Jacobo se sentó, dando comienzo a una conversación.

-Sabemos que hay otro elegido más, el guante a dado señales-dijo el mas anciano de los allí presentes.
-¿Sabemos si el guante a reaccionado bien?
-No, lo único que sabemos es donde fue utilizado por última vez- dijo Andrea sonriente hacia Jacobo
-De acuerdo decidme donde esta ese lugar y yo iré-dijo decidido Jacobo
-Espera, quiero que Alex valla contigo, más vale prevenir que curar-termino la conversación Dylan.


Tras aceptar la propuesta de Dylan, Jacobo salió de la habitación acompañado de Alex, el portador del pendiente del viejo mago. Al subir la escalera Jacobo cedió el paso a Dylan en señal de respeto.

-¿Da muchas molestias ese pendiente?-pregunto Jacobo bacilón
-Tsss… no muchos, ¿Y el sombrero es cómodo?
-Si, se ajusta muy bien a mi cabeza- dijo Alex con una sonrisa en la cara.

En aquel preciso instante el guante que tenia Lucas empezó a parpadear en una luz de color dorado.

-¿Qué… pasa?-dijo Lucas asustado, mientras tapaba el guante con su cuerpo, en un intento de que nadie se percatara de la existencia de la luz, desprendida por el antiguo trapo-¿Cómo puedo…? Ya se- terminó de decir mientras se colocaba el guante en la mano derecha.

Esta vez Lucas no adquirió ningún poder, se teletransportó
A la cueva donde había encontrado el guante y  donde, no por casualidad, se encontraba una imagen de un anciano que llevaba el mismo guante que el, a parte de otras extrañas prendas.

-Ola, no podré contestar a ninguna de tus preguntas, y no es que lo haga adrede, soy Tolkien un mago de la edad medieval, no se en que siglo te encuentras tu, pero si se que has encontrado alguna de mis prendas, y que sepas que si llevas algo de mi ropa es por algo .Te aconsejo que lo utilices bien, y que no lo utilices para el bien de alguien en particu…- la imagen se cortó

-¿Pero qué? Entonces llevo puesto el guante de un mago, de ahí los poderes que adquiero cuando me lo pongo-¿Y por qué se ha cortado esa imagen?-dijo mientras se daba la vuelta. Cuando se dio  la vuelta y se encontró con Jacobo.
-Anda, ¿Y este quien es?
-Soy Alex, el portador del zarcillo de Tolkien
-¿Y como has llegado ha donde yo?
-No esta lejos de donde nos reunimos los demás ¿Me acompañas o prefieres que te lleve a rastras?


-Media hora después-

¿Cómo he llegado aquí?-dijo levantándose-¡¡ a!!-grito como si se hubiera dedicado a ello durante toda su vida. Mi pierna- termino de decir mientras examinó su pierna, a ver si tenía algún hematoma- Mm...… aquí esta oscuro no veo nada.
                                                          
De repente se oyó  el chirrido agudo de una puerta que se encontraba a la derecha de Lucas, y de la cual el no se había dado cuenta.

-Venga vamos- Dijo Alex mientras colocaba la palma de  la mano hacia arriba, y erguía el dedo índice.

Lucas se movía sin que su celebro ordenara nada a sus extremidades, y lo más sorprendente era que parecía que caminara de la misma manera de la que lo había echo siempre, manteniendo el brazo derecho recto mientras lo movía hacia delante y hacia detrás. Él no terminaba de creérselo, se desplazaba de una manera totalmente involuntaria, pero pronto dejo de pensar en eso y se empezó a fijar en el camino que seguía, no se veía mucho, estaba todo muy oscuro, Lucas solo pudo ver una puerta de madera, con un aspecto medieval, con dos anillas de hierro en el centro de cada hoja, y con un borde echo de piedras que se unían como si de un mosaico romano se tratara. A pocos pasos se encontrabas otra puerta exactamente igual y entre estas dos hermanas gemelas se encontraba una, la única antorcha y fuente de luz que se encontraba en lo que parecía ser un pasillo, que al parecer se repetía una y otra vez.


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